Música

martes, 13 de septiembre de 2011

Naranja


"La naranja es la tristeza
del azahar profanado,
pues se torna fuego y oro
lo que antes fue puro y blanco."

(Canción oriental, Federico García Lorca)

Gracias por hacerme llegar tarde hoy a clases

El día de hoy quiero dar gracias a la vida y todos aquellos que tuvieron que ver en que hoy llegara tarde a la facultad. Desde los directivos de la primaria de la esquina que decidieron adelantar los festejos de independencia ocasionando que cerraran la avenida desviando todos los camiones y taxis; pasando por el camión suburbano que me lleva al campus que está hasta la segunda chingada (traducción: muy, muy lejos), que conducía con una calma y lentitud digna de mi abuela y además partió faltando menos de diez minutos para mi clase de fotografía; hasta culminar en los profesores que organizan el horario de clases del semestre quienes decidieron que todos los martes mi grupo entrara a las 9 de la mañana y no a las 7.


¿Y todo para qué? Para ahorrarme el susto del día por presenciar la entrada de un fulano armado al campus (a escasos 100 metros de nuestro salón de clases) siendo perseguido por la policía judicial que entraron con toda la pompa y circunstancia que la ocasión amerita: tirándose a balazos.


Yo no estuve para presenciar el momento (gracias a la serie de afortunadas circunstancias ya comentadas), me tocó arrivar cuando el camión ya no podía seguir andando por la larga fila de coches en espera de poder pasar el retén que se había armado en la entrada del campus. Mi primer pensamiento fue: "Dios, gracias por hacerme llegar tarde". Bajé casi corriendo, preocupada porque ya había recibido algunos mensajes de texto avisando que algo había ocurrido en la escuela y que mejor no me pasara por ahí (yo ya iba a medio camino por la carretera en el camión así que ni modo de bajarme y quedar en la nada). Gracias nuevamente a la vida que una de mis amigas estaba parada con su coche estacionado en la entrada del estacionamiento, alejado del lugar de los hechos, frente a las rejas cerradas porque nadie podía entrar o salir del campus. También algunos maestros se habían quedado fuera y permanecimos ahí de pie un buen rato hasta que permitieron entrar.


Viendo que todo aquel tramo de carretera iba quedar cerrado a la circulación un buen rato decidimos entrar a recoger a quienes cupieran en el coche y darles un aventón hasta la ciudad dado que no pasarían camiones ni taxis sabrá hasta cuando.


En fin, que por primera vez sentí aquella sensación que te pone un nudo en el estómago llamada "miedo". El miedo a que ahora si ya nos tocó (es la segunda vez que se suscita una situación así en la Universidad, la primera en el campus central y esta segunda en mi campus, faltan tres) y la impotencia por ver a nuestro querido y seguro estado irse a la mierda por culpa del crimen. El domingo también hubo una balacera en el centro de la ciudad, me inquieta pensar que justo el día anterior anduve caminando por ahí. Y hay rumores de que los festejos de independencia se van a cancelar.


En fin, quejarse no resuelve anda, aunque me encanta hacerlo, y mentarles la madre a la bola de inútiles causante de todo, menos aún (no la policía, que esos, al menos sirven de algo, sino al crimen).


Yo me limito a guardar esta experiencia en la caja y dejarla ahí (que buenos catalizadores son los blogs). Y dar gracias a la vida que me ha dado (y protegido) tanto...

miércoles, 2 de marzo de 2011

In memorian

Lo que voy a contar aquí no es precisamente un secreto. Por Dios, que fue noticia nacional en su momento, cosa extraña para la pequeña localidad que es nuestro estado de Colima en la que una persona pública tiene que ser asesinada para que nos tomen en cuenta. Pero ya no quiero seguir guardándolo sólo en mis recuerdos, porque la memoria de la persona de la que quiero comentar se merece algo más de respeto del que oí comentar una por ahí. ¿Que de quién hablo? No diré su nombre porque la idea de esto no es airear las desgracias de una familia; si quien lee esto desea informarse más del asunto puede consultar los medios.

Esta noticia ya es vieja, de noviembre pasado, día 21. Pero la quiero comentar desde mi punto de vista, el de una persona joven, común y corriente a la que los políticos le importan un pepino y la guerra contra el crimen organizado le parece algo ajeno a su entorno.

Aquel día 21 yo me dirigí temprano, cerca de las 1o am, a casa de una amiga para realizar un trabajo. Pintar una cajonera con forma de pato (yo insisto en que era un pollo). Llegué, ella estaba sola en casa, y nuestras dos compañeras faltantes se reunieron con nosotras. La cuarta comentándonos la noticia que ya circulaba por las redes sociales apenas una hora después de haber ocurrido: que habían matado al señor exgobernador de Colima, cuyo nombre ni siquiera recuerdo. Creo que a mi amiga le causó algo de preocupación el hecho de tener a su familia fuera de casa en un momento en que la policía andaría como loca peinando la ciudad en busca de estas personas.

Y no iba muy desencaminada en su pensamiento.

Nuestras dos compañeras salieron en el coche de la cuarta para conseguir algunos materiales necesarios, mientras tanto, ella y yo nos quedamos a comenzar a pintar al pollo, digo, al pato. Como dije, la notaba algo preocupada por la reciente noticia, pero un rato después recibió una peor. Su madre llamó por teléfono para avisar que su señor padre también había sido asesinado, no por unos criminales sino algo peor. ¡Por los mismos guardaespaldas que buscaban al los asesinos!

Esta extraña modalidad de disparar y luego preguntar... La solución a los conflictos más estúpida que pudieron adoptar las autoridades. Hay muchas versiones de lo sucedido con el señor padre de mi amiga, no me he atrevido a preguntarle y no creo que lo haga en un futuro. El asunto es que el señor iba en compañía de su hijo rumbo a un terreno que tenían camino a Suchitlán, si la memoria no me falla, que yo conozco ya que un domingo asistí con mi padre y mi hermano a comer con la familia. El caso es que se encontraron con esta camioneta blanca que utilizan los guardaespaldas del señor exgobernador, los ven armados y con cara de querer matar al primero que se les ponga en frente, y emprende la graciosa huida, temiendo por su integridad y la de su hijo (ya ne una ocasión, el señor había sufrido un intento de secuestro, así que presupongo que su miedo se debía a la posibilidad de estar viviendo una situación similar). Ni lentos ni perezosos, y para no hacer largo el cuento, los guardaespaldas abren fuego en su contra, matan al padre y capturan al hijo (menor de edad en aquel tiempo, por cierto) y declaran por radio que ya "capturaron a los criminales". Bah, ni en sus mejores sueños húmedos estos sujetos podrían llegar a ser tan eficientes. Preguntan qué hacer con el muchacho y reciben una respuesta: matarlo también. Todavía me sigo preguntando quién fue el maldito inepto en ordenar aquello. Prefiero no enterarme ya que sino juro que le haré la peor publicidad posible por toda la maldita internet.

No tengo idea de cómo se resolvió el asunto ya que le muchacho sigue vivo y mi amiga no vio diesmada su familia aún más. El perder al padre y sostén de la familia ya fue bastante malo.

Cuando recibimos la noticia no supe como reaccionar, ella estaba que no se lo creía y yo igual. Me hubiera gustado brindarle algo más de consuelo, es decir, dos chicas de 19 años, solas en casa, reciben una noticia así ¿cómo tomarlo? Yo decidí darle algo de espacio, creo que ambas no somos de dar muchas muestras de afecto. Y ella decidió que siguiéramos trabajando, me pareció lo mejor, no sólo para ella sino también por mí. ¿Qué clase de apoyo podría brindarle si estallaba en llanto como tantas ganas tenía de hacer? Una tía suya llegó poco tiempo después, y nuestras amigas también (se tomaron su sagrado tiempo). Las tres sobrantes nos despedimos de ella y fuismos a terminar el trabajo a casa de la cuarta.

El lunes fue el funeral. No recordaba haber visto una iglesia tan llena. El señor era verdaderamente querido por la comunidad. Decir que no merecía lo que le sucedió sonaría demasiado condescendiente, pero ¿quién se lo merece? Me hace pensar en lo sencillo que es estar en el momento y lugar equivocados. Pero también me hace sentir tan... furiosa, inútil. Tanta ineptitud en nuestros cuerpos de seguridad (pública o privada, da igual, todos tienen su porción de idiotas).

Rayos, ya estoy comenzando a sentir la familiar sensación de querer golpear algo. Jamás lo he hecho, pero esta noticia me saca de mis casillas. Y ha pasado tanto, personas inocentes que acaban en medio de esta estupidez que es el crimen organizado. ¡Porque lo es, señores! Esa bola de asesinos, según eso organizados, es lo peor que pudo pasarle al país. Que políticos corruptos ni que nada, esos solo roban dinero, ¡aquellos otros roban vidas! Destrozan familias y la gente lo permite.

Tan fácil que se levantan contra el gobierno a cualquier mínima provocación estúpida. ¡Los reto a que hagan lo mismo contra el crimen!

Bah, en fin. No es de eso de lo que quería hablar aquí y ya me he extendido demasiado. Sólo quería recordar a esta persona, un hombre respetable, nada de que talvez estaba metido en cosas turbias como oí decir a la plebe por ahí. Esas son tonterías. Era una buena persona, amada y querida por su familia y muchos otros, doctor, sostén de su familia. Tantas cosas que noté de él a pesar de que lo conocí poco.

La causa de todo este "chorro" que les acabo de aventar es que hoy, 2 de marzo, es cumpleaños del señor. Hace mucho que hubiera querido escribir acerca de él, pero aún no me sentía lista para dejarlo salir. Apenas puedo imaginar lo que quizás está pasando su familia. A mi amiga yo la he notado bien emocionalmente, pero siendo yo una experta en fingir que no me pasa nada, solo puedo especular si es verdad lo que su rostro y actitud me dicen o habrá algún setir más profundo.

No siento lástima o pena por ellos, solo una profunda tristeza. Por mi amiga, su familia y todas las personas que han sufrido por estos "accidentes" producto de "errores humanos" (parece increíble lo seguido que sucede esto, a este paso será mejor contratar extraterrestres que seguir utilizando humanos para nuestra seguridad).

Y es todo, no me extenderé más.